miércoles, 8 de diciembre de 2010

Vietnam: same same but different


-Por favor Dios, ayudame a cruzar esta calle!-. Y así durante los cuatro días que estuve en Hanoi. Me retracto en todo aquello que dije sobre la conducción de los chinos. Por favor, que vengan a Vietnam y les ensenen a conducir!!.

Llevo dos semanas viajando y todavía no entiendo Vietnam. Lo cierto es que no suelo entender nada en general, pero Vietnam menos que menos. Mi aventura comenzo en Hanoi, ciudad que me parece un poco hostil, pero que desde luego merece la pena ver si se supera el miedo de cruzar las calles. Si no, te puedes tirar un mes intentando cruzar una acera cualquiera.

Para ir a Vietnam, me cogí un autobus desde la ciudad China de Nanning que es muy conocida por su... este... su...? ahh si! Su autobus a Hanoi! El trayecto, de unas 8 horas, es hermosisimo ya que atraviesa una de las provincias mas lindas de China, Guanxi. Una de las mejores cosas del camino, fue la primera parada que hicimos en una estación de servicio en algún lugar del norte de vietnam, en donde después de un mes y medio de cafes aguados tome el mejor café del mundo!! solo con el aroma del café me hubiese bastado... delicioso!!

De Hanoi, me fui a SaPa en tren con mi nuevo amigo Yas y nos hospedamos en un pequeño hostal que sin duda alguna y después de haber recorrido muchas terrazas, tenia las mejores vistas de Sapa. Desayunar con vistas a unas montanas de color verde intenso con la cimas difuminadas por culpa de unas nubes que al parecer se instalaron temporalmente en la ciudad y que solo de tanto en tanto, dejaban escapar un rallo de luz que iluminaba la colorida Sapa y sus valles de arrozales merecía la pena el hospedares, pero es que también hacían tortitas de chocolate para desayunar...!
Para ver SaPa decidimos alquilar unas motitos. (Hila motera...) A pesar de que las motos me dan un miedo terrible, decidí superarlo y alquilar una. El resultado del día uno fue un paseo de dos horas hasta unas cascadas de agua por un camino que atravesaba las montanas. El resultado del día dos, fue una visita a un pequeño pueblo cuyo nombre no creo haber preguntado y una caída de la moto que me dejaron de recuerdo dos super moratones en las rodillas y unas heridas en las manos que me valen para empezar una conversión cualquiera en un autobus....Mereció la pena: ya se montar en moto y he superado uno de mis miedos.

De vuelta en la carretera, esta vez en transporte publico, me fui a la Isla de Cat Ba para ver eso que se llama Halong Bay y que es un conjunto de Islotes asombrooosooo!! Pero ya os la cuento en otra entrada que he quedado para cenar.
Un beso gordooo









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